domingo, 4 de noviembre de 2007

Salto evolutivo de la humanidad

{04/11/2007 - Domingo} En este mundo de mi Dios, como se acostumbra decir por aquí, mucho esfuerzo se ha emprendido para el crecimiento de la consciencia del ser humano. Millones de voces claman por justicia, paz social, auxilio a los pueblos menos desarrollados, armonía entre las Naciones y ahora por la urgente e inaplazable preservación de los recursos naturales, antes de que todo se transforme en una catástrofe de proporciones planetarias.

¿Cuantas civilizaciones de la Tierra ya sintieron esa emergencia? ¿Cuantos grados de evolución la humanidad ha conquistado desde que surgió el primer primate? ¿Qué saltos de consciencia ya fue capaz de dar? ¿Qué percepción de la realidad alcanzó y qué nivel deberá alcanzar ahora para detener la hecatombe que se avecina?

No se trata de futurología del Apocalipsis. Hablo de la hecatombe interior que cada uno verifica dentro de sí cada vez que sus sentidos captan una disonancia extrema aun producida por el ser humano. De ese choque interno de tristeza, desagrado, vergüenza, lástima, del cual buscamos huir, de cada visión aterradora de lo que somos capaces de infringir a otros seres humanos, al planeta. Hablo de hambre, desperdicio, miseria, desorden, asesinatos, guerras, fratricidio, robo, odios y todas las heridas que aún somos capaces de producir a nuestro alrededor. {Crónica 140}

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