domingo, 23 de agosto de 2009

Progreso Espiritual

[16/08/2015] El hombre antiguo demoraba en cambiar sus hábitos y pensamientos. Sofocado por el peso de la genética, de las creencias sociales y modo de vida bajo el cual fue creado, vislumbraba ideas nuevas, mas rehuía fuertemente a adoptarlas para cambiar su forma de vida. Escuchaba una y otra vez acerca de la necesidad de auto-conocimiento, la maravilla de emprender un vuelo de reconocimiento a su alma, conectarse con el Sistema Divino que regia todo el Universo, mas se resistía a avanzar.

Ahora los métodos de cambio hacen la delicia de millones de seres humanos de todas las edades, la búsqueda de la sabiduría se tornó una arte, y los cambios son tan rápidos como los avances tecnológicos que prosperaron en los últimos años del viejo sistema. Así como el hombre un día descubrió las infinitas posibilidades de la materia, ahora él desvela la realidad del progreso espiritual y de la permanencia del espíritu divino en sí. Y los aspectos materiales de la vida florecieron. La ciencia y el espíritu se armonizaron en la materialización de nuevos sistemas de vida creando un soporte real al avance humano en los planetas habitados. [Registro 52]

Tiempos de contrastes

{23/08/2009} Así como el Ser planetario sangró bajo el yugo humano, también los seres humanos fueron golpeados por su propia desarmonía: millones de vidas truncadas en accidentes, miles muriendo por causa de guerras, hambre, esclavitud, tráfico de personas, vicios, secuestros, peleas entre fracciones, grupos armados, robos, asesinatos, descuido, abandono, falta de asistencia pública, irresponsabilidad. A todo eso se llamaba violencia. Y la violencia no cesaba. El clima de inseguridad y angustias producía una niebla pesada sobre el planeta, y demandaba mucha energía para limpiar y armonizar. Los rayos de luz del Cosmos brillaban incesantemente sobre la tierra. La Misericordia Divina estaba presente y muchos la aprovechaban.

Una buena parte de los humanos evolutivos estaba realmente ocupada en descubrir el devenir del planeta. Canalizadores profetizaban una era dorada para la humanidad; creyentes preveían un encuentro final con el Creador: una división de aguas donde se separaría la “cizaña del trigo”. La importancia de las discusiones sobre la evolución del hombre era que ellas traían una oportunidad de ampliar la visión, renovar conceptos, buscar un entendimiento sobre el significado de la vida. {Crónica 93}

domingo, 9 de agosto de 2009

Puerta hacia el éxtasis

[02/08/2015] La especie humana fue regida por mucho tiempo por un sistema biológico imperativo de sobrevivencia. En el pasado, con el progreso tecnológico alcanzado, la comida se hizo accesible y abundante para muchos, mas el cuerpo físico preparado para la escasez no se modificó y el resultado fue desastroso: enfermedades y obesidad.

Con la regencia de la supervivencia y la activación de la genética divina, las mentes comenzaron a liberarse de las demandas impuestas por los antiguos genes y forzaron al cuerpo a un proceso de adaptación a esa nueva consciencia. Inclusive porque las fuentes de placer como la comida, el sexo y otros placeres físicos se debilitó en el centro neuronal dejando camino para el fortalecimiento de sentidos olvidados, y aumento de la percepción de las ondas emitidas por el centro coronario trayendo la verdadera satisfacción del alma en vez de saciedades físicas.

Los valores tuvieron entonces resonancia de manjares para el intelecto y la filosofía un refrescante estímulo para el alma. En lugar de sensación de pérdida, el hombre floreció en el alivio proporcionado por la liberación de las imposiciones físicas. Estaban abiertas las puertas para el éxtasis. [Registro 51]

Humanos fragilizados

{09/08/2009} Es verdad que en medio de la época de transición hubo un proceso de somatización en el cuerpo físico de la humanidad como un todo, y los sistemas preventivos entraron a colapsar. No había cómo revertir la avalancha de dolencias mentales, emocionales y físicas que se presentaban a cada día, mostrando el auto-abandono en el que parte de la humanidad se encontraba. Nunca la medicina estuvo tan avanzada para el diagnóstico y cura, ni los sistemas de salud tan impotentes para atender a las demandas mundiales, ni el hombre estuvo tan distante de sí mismo como para no entender la necesidad de armonizarse y preservarse a través de la consciencia y auto-curación.

El clima y sus consecuencias, la crisis económica y el desempleo, las viejas y nuevas crisis en el Oriente mantenían a las poblaciones del mundo entero ocupadas y estresadas. Toda señal de nueva amenaza, la falta de entendimiento entre países, las dificultades diarias de sobrevivencia en el campo o en las ciudades, las tragedias aéreas, en el mar, las personalidades que morían; todo ganaba enorme
atención en los medios virtuales de transmisión de noticias, ocupando las mentes y corazones. El vacío de lo externo se ampliaba. El poder ilusorio de la materia continuaba entorpeciendo los sentidos. Y las personas que despertaban del letargo clamaban por valores como Justicia, Consideración, Orden, Verdad, Bondad, entre otros. {Crónica 94}