domingo, 28 de noviembre de 2010

La Unidad en la Diversidad (Registro de una caminante I)

[20/11/2016] Los tres próximos registros forman parte de un relato encontrado en antiguas anotaciones, en un primitivo disco magnético de computador, pasado el año 2000. La persona que lo escribió, una joven llamada Soraya, ya preveía los cambios señalados para el planeta. Esta publicación es un homenaje a los caminantes que sostuvieron la luz, cuando las tinieblas aún eran una amenaza:

“La Tierra permanece en paz. Miles de Seres se mueven de un lado al otro del planeta, maravillados con conocer la cultura, los modus vivendi de cada pueblo. La mayoría de estas personas jamás habían salido de su lugar de nacimiento, ni siquiera conocían otros estados en sus propios países. Ellas ahora experimentan otros mundos y se expanden en posibilidades de una nueva conciencia".

La caída de las fronteras posibilitó al mundo un gran salto en conciencia y percepción, aumentando en calidad la raza humana. Adquirimos el sentido de Unidad y al mismo tiempo de diversidad: vivimos en un mismo lugar, el planeta Tierra y al mismo tiempo, cada pueblo trae su propia característica. Esta es una de las directrices básicas del Gobierno Planetario: el sentido de Unidad en la diversidad. Como había dicho en la edición anterior, vamos a contar un poco más sobre nuestra historia de integración y Unidad". [Registro Especial – SMP] 085

Los malos hechos humanos

{28/11/2010} La justificación pasó a ser lo habitual en las personas, más que nunca, en toda la historia de la humanidad. Si en la antigüedad las condiciones de vida eran precarias y el saber distante, en 2010, en una época de tecnología de información en red mundial, el saber estaba más accesible para el buscador, pero el poder de decisión parecía debilitado. Para cada mal que surgía, había una disculpa. Para cada incongruencia del sistema social, una justificación. Para cada error, una falta de compromiso y de decisión de enmendarlo.

El descreimiento en el sistema político y económico tocó fondo en las poblaciones, que no percibían su responsabilidad en la degeneración del orden social. Aislados en sus especializaciones, los hombres delegaban en los sindicatos y categorías la lucha por sus derechos, al “gobierno” la resolución de las disparidades económicas, a los agentes sociales la solución de los problemas de salud, educación, desgastes del sistema, castigo y encarcelamiento de los criminales.

Por todos lados la verdad de lo mal hecho se trasluce: en las ciudades mal planificadas, en las calles mal asfaltadas y mal conservadas, en la falta de cuidados a los bienes comunes, en todo lo que se construía, se fabricaba, vendía, en las prestaciones de servicios. En todo se veía la marca de la displicencia y desinterés por el prójimo o por la naturaleza. O bien eran demasiados agro tóxicos, o alimentos demasiado caros; o bien, edificios que se desmoronaban; personas que se enfermaban o morían por falta de asistencia, de vacunas, de ambulancia, de medicamentos. Gente que se vestía mal, calzaba mal, se alimentaba mal, dormía mal, y vivía en la ilusión de haber encontrado la fórmula de la felicidad en el consumo que no saciaba.

El repertorio de acciones maravillosas del ser humano también crecía, silenciosamente. ¿Quién podría enumerarlos aquí? ¿Cuáles de las acciones unitivas practicadas por la sociedad de entonces eran las que servían para impulsar la transformación? {Crónica 060}

domingo, 14 de noviembre de 2010

Era Dorada

[06/11/2016] Cuestiones sobre la real identidad de Dios fueron el resorte propulsor del cambio de la Era dorada. Al confirmar que la única realidad Divina es de Amor y Bien Total, el ser humano se apartó del miedo y la nueva civilización pudo florecer. Durante milenios, el hombre fue subyugado por ideas tortuosas de un Creador vengativo y repartidor de castigos. Eso generó miedo, odio y represalias entre los hombres que se consideraban con derecho de interpretar la “Voluntad Divina” a su manera y someter al prójimo y hasta quitarle la vida. Si Dios es puro Amor y en esa energía se basa el universo, no hay por qué temer ni oponerse a la vida, ya que el amor sana, enaltece, glorifica, genera, y complace al más exigente de los seres vivientes.

Es sorprendente estudiar la historia humana y verificar cuánta destrucción fue causada por esa interpretación equivocada de Dios. Imaginen todo el sistema planetario: economía, ciencias, educación, sociedad, todo, creciendo e intentando progresar con ideas distorsionadas sobre la verdadera naturaleza de Dios, imaginando a un Padre iracundo y castigador al mando de toda la vida en el universo. El miedo que distorsionó la visión de cada hombre influenció su propia evolución de conciencia, sus acciones, propició la incredulidad y la rebeldía, y truncó billones de vidas.

Pero la decisión de buscar la verdad, la voluntad de cambiar y finalmente, la acción concreta de seres humanos despiertos, rompió el lacre de la limitación intelectual e hizo a la humanidad despertar del estado de letargo ¡alcanzando finalmente la Luz! [Registro 084]

Voluntariado virtual

{14/11/2010} ¿Qué podría cambiar? Se preguntaban todos. Mientras los científicos catastrofistas apuntaban a las posibilidades de deshielo y tsunamis inminentes, los optimistas decían que el hombre se adapta a todo y se une en tiempos difíciles. Pero ¿cómo iba a haber unión si tan pocos se tomaban su tiempo para avanzar?

En medio de los desafíos del siglo las poblaciones continuaban en marcha, programadas y sumergidas hasta la médula en la práctica de la supervivencia diaria. Y cada vez más, desanimada con los escándalos - pesadilla cotidiana-. Corrupción, corrupción, corrupción, parecía no tener fin, y que jamás el hombre se libraría de ella. Las personas de 60, 70 años, más conscientes, a pesar del vigor físico conquistado por avances en la calidad de la vida, cargaban con la vergüenza de no haber logrado controlar esa plaga interior del egoísmo y la ambición, como sus contemporáneos.

El clima continuó realmente castigando a la gente de un hemisferio a otro. Se discutía la posibilidad de adaptación de la especie al calor, al frío, a los trastornos climáticos del planeta. Y tuvo inicio la medición del uso del agua en cada país, primero en la forma de estadísticas normales de consumo, luego, como un alerta que evidenciaba la apremiante necesidad de racionamiento. Agua y fuego en rebelión, por todas partes. Naturaleza en llamas, tempestades avasallantes, destrucción de ciudades y cosechas. Inundaciones y devastación. En medio de esto, más locura en las comunicaciones, en los noticieros.

Mientras tanto, la caridad y la solidaridad comenzaron a trasladarse hacia el mundo virtual; con un clic se transferían centavos o millones a instituciones que pudieran preservar florestas o salvar niños de la desnutrición. Las personas querían contribuir con acciones, pero su tiempo estaba ocupado, y la única manera que hallaban era delegar poder en otros, para que hiciesen algo. ¿Pero sería eso suficiente? ¿Qué mantenía a los hombres y mujeres de buena voluntad prisioneros? {Crónica 061}