domingo, 10 de enero de 2010

El legado de la humanidad

{10/01/2010} Desde el pasaje del Cristo por planeta tierra, en aquel que fue considerado el año cero, la humanidad ganó el estatus de planeta ascendente, por el propósito de Amor incondicional que comenzó a circular entre los hombres. Toda la historia que se contó, distorsionada o pura, sobre este Ser, sirvió para apuntar un camino nuevo de conceptos y forma de relacionarse con la vida, con el prójimo y con la propia existencia. Pero, hombres y grupos, que querían más poder, se auto nominaron intercesores entre Dios y los hombres, creando dependencia y miedo. Otros, verdaderamente guiados por la fe y con propósitos puros trabajaban incansablemente para despertar en cada prójimo la visión de Amor que percibían en el mensaje Crístico.

Por eso, cuando el cielo tembló y el hombre no encontró más seguridad en el suelo que pisaba, buscó con mucho esfuerzo despertar del letargo para comprender lo que le correspondía hacer si las cosas empeorasen. ¿A quién recurrir? Era una cuestión de sobrevivencia, un alerta interno que se hacía eco de una punta a otra del planeta. Fue de crucial importancia decretar el Equilibrio, pedir un Balance general para la humanidad, para que el Orden se restableciese en la tierra. Y fueron aquellos que se sentían hijas e hijos del Amor quienes mantuvieron la llama encendida. {Crónica 83}

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