[25/09/2016] A mediados del siglo 20 ya se divulgaba que el ser real y absoluto es el espíritu. Sin embargo, los hombres, seleccionaron sus creencias de modo de construir vías con diferentes facetas de interpretación de lo que es la realidad y por eso demoraron tanto en ascender a la luz. Ahora, señores del conocimiento de la naturaleza espiritual de la vida, de la necesidad de crecimiento del alma y de la conexión interna, se empeñan en el perfeccionamiento de las manifestaciones de sus almas, más experimentados en las materias de mejoramiento para llegar a Dios.
El ser humano ya tiene acceso a los medios para verificar los anhelos de su alma a través de pruebas y cuestionarios individuales y busca profundizar en esa comunicación, para redefinir metas de vida. Toda y cualquier indagación de naturaleza profunda puede ser un indicio del nivel de experiencias que serán necesarias a cada individuo para hacer florecer su conexión interna y alcanzar las metas de venida al planeta.
Así, los valores divinos están siendo redescubiertos, a través de ese contacto con las almas. Aquel que anhela la Paz, que busca el verdadero altruismo, que quiere conocer la bondad, o alzó vuelo por indagaciones sobre la justicia, la creatividad o misericordia, escoge qué tipo de trabajo, acción o estudio emprenderá en la vida cotidiana para aproximarse a las “materias de estudio” de interés de su alma. Llegar graduado a los planos superiores se tornó tan concreto como el progreso escolar en la tierra. [Registro 081]
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