domingo, 31 de octubre de 2010

La tierra repoblada

{31/10/2010} En lo cotidiano los hombres cuidan de la “propia vida”. Todos los días trabajan labrando, segando, cosechando; se alimentan y luego buscan descansar. Sin embargo, millones siguen estancados dentro del mundo evolutivo, descuidando los potenciales ascendentes, espirituales. Mantienen el cuerpo e ignoran el alma. La tierra se puebla de nuevas estirpes espirituales, pero los que llegan se van sumergiendo en la bruma de la mediocridad y la falta de valores.

La alienación de buena parte de las últimas generaciones del II milenio alcanzó la cima del individualismo alrededor del 2010. Moldeados por la rebuscada sociedad de consumo, y el poder nada oculto de la economía, comenzaron a programar sus vidas en base a conceptos dictados por el dios dinero: Estudiar, casarse, tener hijos, viajar, todo pasó a obedecer a la lógica de los valores financieros y a conveniencias. Lo que se perdió en formalidad, se ganó en espontaneidad de soluciones fáciles. El “se casa-y-se separa”, las uniones relámpago, las caricias sexuales de los ambientes de juergas, reforzó la vuelta al lema de “lo importante es ser feliz” cuando lo que realmente hubiera valido, hubiera sido descubrir la oportunidad de aprendizaje terrestre, y no el vivir mecánicamente creyendo en un pop-up de felicidad barata.

La nueva generación nacida después del 2000, palpitaba por conocer el mundo y las posibilidades de vida real. Cuestionaban a los padres, exigían mucha atención y traían el sello de la luz en sus frentes. El planeta estaba listo para transformarse. {Crónica 062}

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