{07/08/2011} - ¿Estarían los hombres preparándose finalmente para una economía de paz?
A pesar de los esfuerzos de muchos gobiernos, la balanza económica del planeta no se equilibró en 2011. Nuevos focos de desarmonía surgían de facciones rebeldes en África y viejas peleas entre hermanos recrudecían en Oriente. Los volcanes, los maremotos y vendavales dejaron su rastro de destrucción y nuevamente los incendios, heladas y sequías se gravaban en cada continente.
Por otro lado la riqueza afloraba del fondo de los mares y nuevos yacimientos eran descubiertos en el seno de la tierra. Récords de producción en algunos países se contraponen a las pérdidas inimaginables en otros. Tal como en una casa en desarmonía, urgía la acción de “padres ordenadores” para hacer fluir el amor en el seno de la familia universal. La ONU fue exigida en su papel de organización mundial y nuevamente se declaró la participación igualitaria de los países en las grandes decisiones.
Surgía la consciencia respecto a las ideas innovadoras que pudiesen ordenar el caos. Pero las soluciones ofrecidas por científicos, políticos y administradores ya no atendían a esa emergencia del planeta. Era requerido un cambio de orden interno, una cirugía profunda en la forma de pensar la vida, en la relación de la humanidad con sus prójimos y con el mundo. La orden imperativa era abandonar las armas contra el otro y extender las manos a los hermanos. {Crónica 042}
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