domingo, 13 de enero de 2013

Ondas de luz en el amanecer de la humanidad

{23/12/2012} El sistema evolutivo continuaba trayendo sorpresas: estaba en marcha la mutación genética de las criaturas humanas y miles nacían con características diferenciadas. Miles de niños excepcionalmente fantásticos. Una gran renovación en marcha. Espíritus preparados para la transformación seguían naciendo en todas partes del planeta. Ellos llegaban por montones, a causa del descenso de las tasas de natalidad no se destacaban mucho por ser, la mayoría de ellos, hijos únicos o como máximo tener un hermano o una hermana. 

Los padres no notaban diferencia porque era cada vez más evidente que los niños nacían cada vez más despiertos por causa de la mejoría de las condiciones de vida, salud y tecnología en el planeta. Entonces se atribuía su rara sensibilidad, a los “avances de la modernidad”. También los humanos voluntarios que decidieran trabajar para la luz y el regreso del Orden al Planeta maduraron fortalecidos por la larga jornada. Fue extraño para muchos tener que observar el orden en el caos, verificando patrones previstos desde hacía mucho para esos tiempos difíciles. 

¿Qué estaba sucediendo realmente? La presencia de la Verdad ya había hecho evidente toda la desarmonía de las acciones humanas. Por más que se anhelase, parecía no haber ningún cambio en el comportamiento de la sociedad, en los gobiernos, en las decisiones mundiales. Pero era solo apariencia. El salto de consciencia estaba en la voluntad y en la decisión de millones. 

Y ahí residía el gran milagro evolutivo: el hombre no fue creado para la autodestrucción – fue creado para la vida y carga dentro de sí el temple de la divinidad. Vino al planeta para inmortalizar su espíritu y ese evento cósmico, universal, comenzó a expandirse a partir del final de 2012. {Crónica 006}

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