domingo, 2 de noviembre de 2008

Fronteras oscilantes

{02/11/2008} Luego de que se dieran los primeros síntomas de caos mundial, los portugueses querían ser considerados angolanos; los jamaiquinos, latinos; los chinos, querían una nueva nacionalidad o ninguna; los palestinos querían una nueva identidad, desde la que pudieran tener libertad de ir y venir. Incidentes con checos e iraquíes rompiendo pasaportes fueron registrados y muchos extranjeros presos, accionaron los tribunales internacionales para no ser deportados, exigiendo el derecho de tránsito libre por cualquier continente.

La recepción de los países latinos y africanos, invadidos por la nueva onda de inmigración planetaria, fue sorprendentemente amistosa. En vez de incitarse a viejas disputas y odios, los pueblos se abrieron para recibir a los “extranjeros” con saludable euforia. En tanto, los países de la vieja Europa que aún se consideraba fuerte e inmune, cerraban fronteras hasta incluso a los antiguos aliados. Escenas de intolerancia y autoritarismo, dictados por un nacionalismo torcido eran registradas todos los días provocando incidentes diplomáticos. {Crónica 114}

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