[04/01/2015] Un antiguo Estandarte, alerta de seres iluminados que transitaron el Camino antes que nosotros, decía: “Glorificarás Mi Nombre, Mi Presencia, Sembrarás la Luz del ‘Yo Soy’. Comandarás las Fuerzas del Amor. Unificarás lo dividido o roto.”
La comprensión de la Presencia del Padre, ya es realidad en los corazones de la mayoría de los humanos, nuestra Unidad con Él en el ‘Yo Soy’, también. Actuar en la Comandancia de las Fuerzas del Amor pasó a ser aspiración de todos, que se postulan para acciones en el planeta, y aun para después, cuando desencarnaren. Pero ¿lo que todavía está dividido? ¿Cual es el desafío de un planeta que ascendió al nivel de Estrella de Liberación? ¿ Y lo que aun permanece en tinieblas? Lo roto y lo dañado son encontrados dentro de cada uno. Puntos oscuros de dolor, registros ocultos, errores y pecados que todavía necesitan ser traídos a la luz.
Las enseñanzas dicen al hombre que sólo alcanza su meta cuando ayuda a otros a alcanzarlas, con amor puro y desinteresado. La pureza es la cualidad necesaria para que el alma humana ascienda a la vida del Espíritu. Entonces pasamos a respetar a cada uno, para no manchar su pureza. Y todo el proceso de vida, de relación con la naturaleza, con lo material y lo humano pasa por una revisión: cada palabra, cada acción, cada pensamiento es emitido con mucho cuidado, amor y consciencia. [Registro 36]
La comprensión de la Presencia del Padre, ya es realidad en los corazones de la mayoría de los humanos, nuestra Unidad con Él en el ‘Yo Soy’, también. Actuar en la Comandancia de las Fuerzas del Amor pasó a ser aspiración de todos, que se postulan para acciones en el planeta, y aun para después, cuando desencarnaren. Pero ¿lo que todavía está dividido? ¿Cual es el desafío de un planeta que ascendió al nivel de Estrella de Liberación? ¿ Y lo que aun permanece en tinieblas? Lo roto y lo dañado son encontrados dentro de cada uno. Puntos oscuros de dolor, registros ocultos, errores y pecados que todavía necesitan ser traídos a la luz.
Las enseñanzas dicen al hombre que sólo alcanza su meta cuando ayuda a otros a alcanzarlas, con amor puro y desinteresado. La pureza es la cualidad necesaria para que el alma humana ascienda a la vida del Espíritu. Entonces pasamos a respetar a cada uno, para no manchar su pureza. Y todo el proceso de vida, de relación con la naturaleza, con lo material y lo humano pasa por una revisión: cada palabra, cada acción, cada pensamiento es emitido con mucho cuidado, amor y consciencia. [Registro 36]
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