domingo, 17 de mayo de 2009

Decisiones tardías

{17/05/2009} Creció la discusión planetaria buscando soluciones para la escasez de agua, para las montañas de basura que se acumulaban; para la contaminación de los océanos; para la tecnología de alimentos; para el abuso de los recursos naturales. Pero existía una gran brecha entre los hombres de buena voluntad y los que detentaban el poder. Entre la evidencia de catástrofe y la decisión de cambio.

Entre tanto, las grandes ciudades amanecían cubiertas por nevadas o por las aguas de lluvias torrenciales, que comenzaban sin haber sido previstas Los trastornos climáticos requerían billones por los perjuicios ocasionados y cercenaban vidas, en todas partes del mundo. Pocas vidas, si se comparaban con las víctimas de las sequías, de la suciedad por falta de desaguaderos, de la mala distribución de la riqueza y alimentos. Lo peor, es que el hombre no encontraba “tiempo” para adaptarse a los cambios que el clima ya emprendiera de modo irreversible. Y volvía a perder todo: vidas incendiadas por las secas, sumergidas por las lluvias, destruidas por los huracanes.

Las poblaciones de las ciudades que sufrían con diluvios, nevadas, calor, miraban hacia el cielo con la esperanza de que todo acabara y volviera a la normalidad. No volvería. Nada sería como antes. El proceso de cambio estaba en curso y urgía una acción de todos. Una acción para eliminar el miedo que llevaba a la posesión, al separatismo, a la destrucción. El hombre que no aprendió a respetar a la naturaleza, no perduró. {Crónica 100}

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