[24/04/2016] El propósito del hombre es experimentar la vida evolucionando en espíritu. El propósito del espíritu es volver a la Esencia Divina, repleto de experiencias y avances que lo califiquen para la coparticipación en la Creación, hasta que “todos lleguen”, hasta la gran reunión. Pero la Creación es tan perfecta que cada experiencia es única y no existe un sólo Ser Espiritual en el universo que pueda encontrar en ella algo que no sea auténtico y propio de sí mismo. Esa especificidad de cada Espíritu es necesaria para la “recomposición” del Todo. No habrá una gran fusión en tanto cada espíritu creado no haya retornado al Padre como manifestación única y auténtica del Creador y capaz de traer nuevos rumbos para ese Gran Final: la Fusión Eterna.
Si así no fuese, la existencia seria una burla, y palabras como Creación, Creador, no tendrían sentido, pues la propia esencia de la palabra incita la idea de avance en el proceso. Algo que fue creado, ocupa un lugar en la existencia misma que un día ha de volver al Todo, contrayéndose, recomponiéndose en él, para luego expandirse nuevamente. Discusiones así se han adueñado de los sentidos y del pensar de muchos que se dedican a crecer filosóficamente. El planeta abriga el creciente interés de aquellos que quieren, no sólo comprender la existencia, sino convertirse en partícipes activos de la gran aventura Cósmica. [Registro 070]
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