domingo, 11 de julio de 2010

Consciencia libertadora

{11/07/2010} Cuando la consciencia es activada produce una pequeña metamorfosis dentro de nosotros. En un momento estamos totalmente identificados con nuestras pérdidas, una dolor recibido, un golpe moral, la aniquilación de nuestra capacidad de reacción – en otro estamos delante del trono de la decisión – que no relega al olvido banal a nuestros dolores, sino los eleva y dignifica entregándolos la juzgamiento superior. Es hora del “vuelo” hacia dentro de nosotros mismos, hacia arriba, hacia lo alto.

Ese es el momento preciso donde la personalidad ya no tiene más la chance de alimentarse de lamentos, donde desechamos la tentación de continuar sufriendo y odiando: es la decisión de la entrega del “paquete”, por así decirlo, del dossier angustiante de los acontecimientos, visto y revisto inadvertidamente o masoquistamente tantas veces.

Es una decisión personal, intransferible, urgente, proveniente del fondo del corazón y de la parte más sabia de nuestra mente/corazón. Agárrala y tómala. Y el pequeño milagro de la consciencia aflora: ¡liberación! Así nos liberamos y liberamos al prójimo. ¿Somos capaces de perdonar? ¿Somos capaces de entregar las armas, el odio, el apego, la venganza?

Fue esa la cuestión que permeó los cambios en el año de 2010. Ya corría la mitad del año y muchos sentirían los “nuevos vientos que soplaban”. Permitieron al buen aire entrar por las narices e inspirarlo; después exhalarlo, mandándolo hacia más gente. El perdón es Divino y en ese nivel se realiza. {Crónica 070}

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