domingo, 14 de noviembre de 2010

Era Dorada

[06/11/2016] Cuestiones sobre la real identidad de Dios fueron el resorte propulsor del cambio de la Era dorada. Al confirmar que la única realidad Divina es de Amor y Bien Total, el ser humano se apartó del miedo y la nueva civilización pudo florecer. Durante milenios, el hombre fue subyugado por ideas tortuosas de un Creador vengativo y repartidor de castigos. Eso generó miedo, odio y represalias entre los hombres que se consideraban con derecho de interpretar la “Voluntad Divina” a su manera y someter al prójimo y hasta quitarle la vida. Si Dios es puro Amor y en esa energía se basa el universo, no hay por qué temer ni oponerse a la vida, ya que el amor sana, enaltece, glorifica, genera, y complace al más exigente de los seres vivientes.

Es sorprendente estudiar la historia humana y verificar cuánta destrucción fue causada por esa interpretación equivocada de Dios. Imaginen todo el sistema planetario: economía, ciencias, educación, sociedad, todo, creciendo e intentando progresar con ideas distorsionadas sobre la verdadera naturaleza de Dios, imaginando a un Padre iracundo y castigador al mando de toda la vida en el universo. El miedo que distorsionó la visión de cada hombre influenció su propia evolución de conciencia, sus acciones, propició la incredulidad y la rebeldía, y truncó billones de vidas.

Pero la decisión de buscar la verdad, la voluntad de cambiar y finalmente, la acción concreta de seres humanos despiertos, rompió el lacre de la limitación intelectual e hizo a la humanidad despertar del estado de letargo ¡alcanzando finalmente la Luz! [Registro 084]

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