domingo, 9 de enero de 2011

Reflexiones para el año nuevo

{09/01/2011} Los seres humanos tenían por hábito registrar sus decisiones de final de año, supuestamente para ponerlas en práctica en el nuevo año que se iniciaba, haciendo planes, renovando objetivos, tomando decisiones para poner en orden la vida y prosperar. En medio de esas aspiraciones deberíamos resaltar algunas reflexiones nada convencionales, registradas por un ser humano, al final del año 2010:

“- Si yo fuera uno de los sobrevivientes de una serie de catástrofes en el Planeta ¿estaría preparado para restablecer la civilización humana con nuevas bases de amor fraterno, hacia el prójimo y la naturaleza? Debo acordarme de ello en el 2011” .

“- ¿Estoy listo para lo que vendrá? ¿La luz puede ser apagada, aunque sea por segundos, sin que yo sea afectado? ¿Y mis prójimos, podrán contar conmigo, contar con que me mantendré calmo mientras soplen los vientos de la adversidad?”.

“- ¿Estoy consciente, o al menos lo suficiente, de mi naturaleza divina, y seré capaz de preservar la evolución de mi alma en nuevas esferas, en el caso de que hubiera una guerra mundial? ¿Cómo puedo mejorar mi relación con Dios, con mi prójimo?” .

“-¿Estoy actuando correctamente en casa, en el trabajo, en el mundo en que vivo? ¿Soy capaz de agradecimiento? ¿Mis acciones están balanceadas? ¿Qué es lo que aun puedo hacer por el Orden, por la Luz, por el Amor?”.

Es posible que indagaciones de ese nivel hayan sido hechas por alguien como ciencia ficción o por un buscador de la verdad. El futuro se construye por la fe iluminada y no por discordancias evolutivas del sistema planetario. Estar preparado para el cambio ya es transformación. Buscar la consciencia máxima sobre la vida produce cambios internos que repercuten en el mundo externo, y esa es la gran revolución. {Crónica 057}

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