domingo, 6 de febrero de 2011

¿Cuál era el plan?

{06/02/2011} Los medios de comunicación fueron usados hasta el cansancio para “calentar los mercados” y alimentar el consumo, para no quebrar la insana máquina productora de bienes útiles e inútiles. Todos sabían que un día habría escasez, pero el sistema no fue cambiado. Era capaz de devorar a sus propias piernas si eso trajese lucros inmediatos.

Por esta época se verificó el aumento de oferta de los “paquetes" de “felicidad instantánea” que ya existían para los automóviles y viajes; ahora también para superficialidades de todo tipo: cirugías plásticas que podían ser realizadas en domicilio, con equipo completo; educadores en casa para liberar a los padres de la tarea educativa; asilo instantáneo para los ancianos y hasta especialistas que iban a la casa de la persona para orientarla sobre cómo comprar más y mejor. Se compraba de todo, se acumulaba, y se desperdiciaba en la misma proporción.

Aumentó también el nivel de exigencia por más recursos de cada producto, ventajas, bonificaciones, atractivos. Ya no era suficiente que un aparato funcionara, tenía que ser un súper-híper-aparato, aun cuando sus accesorios no fuesen necesarios – lo importante era tener mucho, tener más y continuar en la ilusión de la posesión y del poder.

La crisis económica derivó en represalias a países en desarrollo. El inestable equilibrio entre dos grandes potencias comenzó a zozobrar, generando efectos devastadores sobre economías menores, ya debilitadas por crisis anteriores. Los países que querían protegerse tuvieron que aumentar impuestos, efectuar cortes de presupuesto y las poblaciones comenzaron a sofocarse con el desempleo, ya conocido. No vino el progreso prometido, y eso se llevó la esperanza de millones. Los océanos continuaron agitándose, sorprendiendo a todos. {Crónica 055}.

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