[12/03/2017] La principal lección traída por el Cristo al Planeta fue el rescate de almas, la salvación espiritual de los hombres. ¿De qué quería el Cristo salvar a las personas? Probablemente de la ignorancia en la que vivían. De gastar inútilmente sus existencias sin adquirir consciencia; de desperdiciar la vida entera en busca de ilusiones materiales cuando la verdadera riqueza consiste en la sabiduría del espíritu.
- ¿Y el hombre de hoy, entendió esa lección?
La prédica de amor a la vida parece que funcionó. Y la salvación del alma se convirtió en materia de estudio obligatoria en todo circuito educativo, a lo largo de la vida. No se trata de retórica religiosa y sin práctica diaria de alimentar, sanar, investigar el desarrollo de la propia alma, construyendo la personalidad espiritual para proseguir después de la partida física. Pocos individuos de hoy dudan de la existencia de una vida espiritual y de la necesidad de construir sus cuerpos espirituales para adquirir el derecho a avanzar a niveles siempre ascendentes de existencia.
Es importante destacar que no todo el sistema planetario está exento de la presencia del mal. Aquel que imagina el presente como un paraíso de bienaventuranza y paz, con poblaciones enteras cantando alabanzas a los cielos y transitando de allá para acá en leves trajes blancos, debe ahondar acerca de dónde sacó esas ideas. Los obstáculos, los problemas, los desafíos continúan existiendo, incitando al hombre a resolverlos. Las contradicciones, todavía, llevan al orgullo espiritual, a la rebelión y a la pérdida de grandes promesas. [Registro 093]
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