{20/03/2011} Variados y abundantes agradecimientos brotaban de los labios de aquellos que fueron aliviados en sus cargas por los ángeles del Señor. Solo que las gracias eran dirigidas a “ángeles” de carne y hueso, servidores voluntarios, que hicieron una elección de amor y comenzaron a cambiar el patrón vibratorio del planeta tierra.
Alrededor de Marzo, una serie de terremotos rasgó las entrañas de la tierra y arrastró a miles de almas. La prevención y avisos respecto a esos acontecimientos impidió que cerca de 150 mil seres se fueran del planeta – rescatados a tiempo por acciones de socorro y evacuación. Otras acciones fueron realizadas en áreas de frontera evitando muertes fratricidas, acciones de guerra e inhumanidades.
Cuando los servidores de la luz comenzaron a actuar directamente en los gobiernos, los pilares de las grandes instituciones comenzaron a temblar, porque ellos llegaban con fuerza total y luchaban en pro de la soberanía de toda la humanidad.
Traían la percepción de una nueva globalización, no sólo económica, sino también del comercio y de las libertades individuales. Un gobierno representativo de toda la humanidad para traer paz a la tierra y unir a los hombres como hermanos. La nación más poderosa del planeta fue llamada a abandonar su poder de veto en la ONU, en pro de una soberanía relativa para todos los países, pero suficiente para salir de la arrogancia del falso poder ilimitado. {Crónica 052}
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