Reproducción aleatoria

{15/05/2011} El ser humano, a pesar de ser técnicamente capaz de hacer clones, hasta de sí mismo, no había evolucionado filosóficamente sobre la verdadera naturaleza de la procreación y formación de los contingentes poblacionales – continuó reproduciéndose irracionalmente, místicamente, descuidadamente, sin ninguna preparación genética de la progenie. Esa fue la base de tantas desgracias, tragedias humanas, locura y degeneración.

Casos terribles de muertes envolviendo individuos comunes: padres, hijos, madres, abuelos fueron contabilizados en el mundo, y hechos los estudios vino la constatación sobre los altos índices de enfermedades mentales, psicológicas y psiquiátricas, además de las neurológicas y psicosomáticas. También un nuevo tipo de hipersensibilidad a la autoridad, a las reglas, al respeto, fue detectado en los agrupamientos sociales, que se manifestaron de forma violenta, causando disturbios en varias partes del mundo.

Dirigidos por la irracionalidad, hombres y mujeres saqueaban, destruían, asaltaban, despedazaban lo qué o a quien fuese, frente a algún acontecimiento fortuito como un atraso del tren, la demora de una ambulancia, la imposición de un nuevo tributo o tasa. La humanidad vivía los últimos y cruciales momentos de aprendizaje. De ahí se evidenciaría la paja y el trigo. {Crónica 48}