domingo, 15 de abril de 2012

Relación de magnitud

[08/04/2018] A lo largo de toda la trayectoria humana, en el planeta muchos fueron los registros de apariciones misteriosas clasificadas según los conceptos y temores de cada época: espíritus naturales de la floresta, hadas, duendes, ‘apariciones’, fantasmas y guardianes. Cuando los hombres llegaron a la era judeo-cristiana los ángeles ocuparon el lugar de criaturas espirituales de los cielos, ayudantes de Dios, y perceptibles por la fe. Otras religiones dieron sus interpretaciones sobre ellos, y los pueblos se encargaron de crear historias y mitos incorporando ángeles buenos y malos, en lo cotidiano.

Con la misión de aproximar a la humanidad a su origen divino, raramente los ángeles aparecen, como a muchos les gustaría, o evidencian cualquier tipo de acción que pueda interferir en el libre albedrío de la persona. Lo que ellos pueden - y hacen- es trabajar con las energías a que tienen acceso para neutralizar eventos en su propio plano, aliviando así interferencias del más allá, en lo cotidiano material de un planeta. Algo así como tratar de asuntos extra-ordinarios paralelos a los acontecimientos de nuestro plano.

El hecho es que con nuestro avance civilizatorio, el cambio de la vibración de nuestros cuerpos y elevación de nuestros espíritus, la relación con los ángeles se viene estrechando, aumentando el registro de comunicación con ellos, principalmente con los niños o con aquellos que mantienen pureza de intenciones e inocencia de carácter. [Registro 121]

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