domingo, 4 de noviembre de 2012

El caos de la repetición

{14/10/2012} Los humanos, en el planeta entero, ya no entendían bien lo que estaba pasando con el mundo, de tan caóticos que parecían los acontecimientos. Trataban de analizar sus vidas buscando saber dónde habían errado o miraban la vida de los demás sin comprender bien de dónde venían tantos problemas e infortunios. Muertes, peleas, separaciones, prisiones, falta de dinero, desempleo, familias destruidas, cansancio sin medida y desesperación. ¿Sería esta la historia a ser vivida aquí? 

 Los desafíos del día-a-día parecían multiplicarse a cada momento y muchos no creían que tuvieran fuerzas para solucionar las dificultades que se presentaban. Las exigencias cotidianas se reducían a vencer a cualquier costo, y quien aun no había llegado a un cierto “nivel” de seguridad económica se desesperaba: había que estudiar, conseguir un empleo, conquistar un lugar en la sociedad y crecer siempre, pero esa fórmula estaba distorsionada: en el fondo todo se resumía en ganar dinero y no realización. 

Si alguien quería estudiar, formar una familia necesitaba dinero; tener hijos, más dinero, tener una casa, un auto, más dinero, todo el tiempo. Los economistas sugerían - y era común hacerse un seguro o ahorros para poder educar a un chico hasta la universidad. Y menos del 20% de las personas en todo el planeta conseguían llegar a esto. Y toda su energía era consumida en alimentar esa “rueda de adquisiciones” en que se transformaron las aspiraciones de vida. ¿Infertilidad? Tenía un precio. ¿Tener un buen empleo? Otro precio. Conquistar una posición de destaque en la sociedad: otro. Y así en más, casi todo era una cuestión de pose, de poder económico. Con diferentes formatos a través de las era, el hombre se repetía. {Crónica 011}

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