domingo, 25 de noviembre de 2012

El mal uso del poder y de la riqueza

{28/10/2012}

- ¿Estaban todos los seres humanos ciegos? ¿Quien podría alegar que no sabía lo que realmente estaba pasando en la Tierra? Cualquiera, con un poco de conocimiento y discernimiento, sabría explicar, por lo menos algún aspecto del caos, de la crisis mundial, del desorden en que se metió el hombre. Un porcentaje considerable de personas lograban discernir sobre la situación y señalar las causas de todo el mal infringido a los pueblos y al planeta, desde la Antigüedad.

Explicaciones sobre cómo creció el poder en el mundo, cómo fueron divididas las naciones, recortados los intereses, dominadas las fuentes de recursos y esclavizados los seres humanos, primero por la fuerza, después por el trabajo excesivo, y en esos tiempos de entonces por la ilusión de la supervivencia y del consumo: casi todos sabían sobre eso. - ¿Serían los humanos capaces de discernir, pero impotentes para cambiar el rumbo de los acontecimientos?

La síntesis de la acción maligna se llamaba egoísmo y los egoístas no eran personas libres – sus almas estaban corrompidas y comprometidas con el lado sombrío - y muchas ya llegaban a la iniquidad con la práctica del mal deliberado. Las fuerzas del mal, protegidas bajo el manto de la oscuridad, de la impunidad, del obscurantismo creían que estaban en condiciones de mantener a la humanidad entera subyugada. ¿Por cuanto tiempo? La fuerza para cambiar venía creciendo, dentro del verdadero anhelo de la humanidad, del centro luz que habita cada uno de nosotros.

- ¿Y cual era el deseo de la gran mayoría? Era el fin de la guerra, de la maldad, de la injusticia. ¿Querían la llegada de un nuevo tiempo, de vuelta al Orden, donde pudiese reinar el verdadero Amor? {Crónica 010}

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