sábado, 5 de enero de 2013

Consideraciones sobre la seguridad

{09/12/2012} Y con el tiempo surgió la consideración, el respeto a la vida, la conciliación, la diplomacia, las reglas y leyes, y los innumerables sistemas de gobierno, económicos y sociales, para dar forma al sistema evolutivo con la pretendida idea de seguridad y disminución de la violencia - que en verdad siempre causó malestar, desde los orígenes. 

Y surgieron las contradicciones, leyes torcidas, privilegios, sistemas injustos, que contribuyeron para mantener la dualidad y atrasar la evolución, creando espacio para la continuidad de la violencia brutal, animal, primitiva. La evolución rápida de la especie humana en el planeta no se dio pacíficamente; la historia de la ocupación humana en la Tierra es una historia de guerra y sangre derramada. El ser humano pasó más tiempo luchando entre si, que en paz con los suyos. Y cada guerra es una oportunidad para el flujo de la violencia primaria: estupro, tortura, genocidio, disminución de poblaciones, esclavitud y hasta extinción de pueblos. 

Algunos pensaban que no había elección. Que si vivían en un país en guerra, donde ya habían matado a su padre, a su hermano, ellos tenían que ir a la lucha. Tenían que vengar a sus muertos, acabar con el enemigo, proteger lo que restaba de la familia y continuar luchando para garantizar que nadie se sobrepasara, para que la violencia no se repitiera. Seria una solución si del otro lado, el otro, no estuviese pensando lo mismo. Esas ideas alineadas a causas económicas o religiosas siempre fueron un plato lleno para la perpetuación de la violencia. 

Y en las otras partes del planeta donde no había guerra, estaba la discrepancia social, la mala distribución de la renta, precarios sistemas educativos y falta de formación de la opinión pública, de modo que la violencia alcanzaba el tronco evolutivo humano: sus aspiraciones espirituales. ¿De qué manera liberar la mente del ser humano de la memoria del miedo, de la falta de amparo? ¿Por qué el ser humano se apartó de su alma? ¿Y de la confianza en Dios? {Crónica 007}

No hay comentarios.: